miércoles, 26 de mayo de 2010

Dicen por ahi

Hoy,niños,voy a contaros el fantástico cuento de nunca acabar.En él hay relatos que no se olvidan mientras se viva.En él,niños,hay seres que vuelan por el suelo y caminan por el mar,existen los unicornios blancos,las sirenas,los dragones,las hadas y todo aquello que decimos que no ¿existe?en la realidad.
En este fantástico y misterioso cuento,niños,hay un mundo donde no se permite llorar.Se trata de un mundo donde sólo hay árboles frondosos con hojas grandes y verdes,un camino de color amarillo que sólo tiene una dirección y una luna grande que ilumina sin necesidad de farolas que guíen al andar.Sólo hay eso...eso y un enorme mar,al que los habitantes de ese mundo llaman El Gran Ojo.Dice la leyenda,niños,que un día esos frondosos árboles empezaron a marchitarse y los habitantes dejaron de interesarse por ir a recostarse bajo ellos por el camino amarillo.Y cuentan que la Luna se puso tan triste que empezó a llorar y a llorar durante años,y asi se formo el Gran Ojo.Está justo debajo de ella y es salado como las lágrimas.Por eso,niños,no se puede llorar en este mundo,porque el Gran Ojo no permite que nadie nadie le quite siquiera una de las gotas que le forman.
En este cuento maravilloso hay una Casa donde viven millones y millones de una especie que algunos decidieron llamar Hombres,por su rareza y su forma extraña de vivir.¿Podeis imaginar,niños,un mundo donde hablan con música?dicen algunos que ellos lo llaman "cantar",aunque no entendamos que quieren decir con eso.¿Os imaginais un mundo donde los hombres se separan por unas lineas imaginarias?no saben que es mejor pertenecer al todo y a la nada a la vez.En esta gran casa,niños,hay hombres que dicen que marcan para siempre.Nunca entendí eso,no se de que manera pueden marcar,pero una vez tuve la oportunidad de ir a esa gran Casa y un grupo de hombres me ofrecieron cama y comida,y de repente noté que algo me latía en el pecho,niños,nunca antes lo había sentido.Un día,caminando por una de las habitaciones de esta casa,topé con un Hombre que me dijo que,aunque no lo sabía,con cada una de las miradas que me habían brindado esos personajes,me habían dado un poco de algo llamado "corazón",algo que yo hacía que pudiera vivir...Aquel hombre me dijo que algunos de esos Hombres se harían llamar mi Familia,y otros tantos mis Amigos.Desde ese día empece a entender algo de ellos.
Y en ese cuento,niños,hay un príncipe,pero no es un principe común como los de los demás cuentos.Este principe tiene un saco donde guarda sus mayores tesoros:Un reloj mágico que le dío el Padre Tiempo,que permite alargar las horas cuando hay sonrisas,acortar los minutos cuando hay dolor y pararlo todo cuando lo deseamos.Tiene en su saco también un molinillo de viento,para hacer arrastrar lejos a los pajáros negros que vuelan para hacer daño,tiene este princípe en su saco un imán que hace doler el alma cuando él esta lejos y por último,tiene una lágrima de aquel Gran Ojo.Dice la leyenda,niños, que se la ganó una princesa a la que nadie conocía.El principe y ella se miraron en la gran Casa y se dieron un poco de "corazón"el uno al otro.Y es que dicen,niños,que desde ese día no hay nada que la princesa no haga por su príncipe.
Y este,niños, es el fin de nuestro maravilloso,fantástico y misterioso cuento.Es hora de dormir,no sin antes deciros que no olvideis que nunca antes las lágrimas fueron tan pocas,nunca los Hombres fueron tan míos,nunca fui más princesa,y,aunque no lo creais nunca fuisteis,niños ,tan niños como antes de contar este fantástico,maravilloso y...real cuento.

4 comentarios:

Leit dijo...

Siento interrumpir en este lugar magico, aunque el silencio se haya impuesto a las palabras de respuesta, sin duda solo es por respeto a tan bonito cuento.

isidro dijo...

¡Qué bonito!
Eres la Jorge Bucay de Sevilla.

Pd: El silencio en las respuestas creo que tiene que ver con un año de abandono del blog ;-)

Escribe más cuentos y los publicamos.

tateviggo dijo...

kien eres leit?

lucia dijo...

me has dejado flipando. Lo has escrito tu? me ha gustado muchisimo, en serio, no sabes cuanto.